Es difícil comprender una grieta social y no es menos difícil desde la filosofía, pues estamos situados. El término grieta es metafórico, designa un problema, y la filosofía puede colaborar mediante el esclarecimiento conceptual, la perfilación de las partes, la identificación de supuestos y la formulación de propuestas.
Conviene a una tectónica filosófica considerar los aportes de la historia de la filosofía al respecto. Hegel ofreció modelos de comprensión y superación de diversas escisiones sociales y antropológicas.
Casi dos siglos después, se constatan aún fracturas, fallas tectónicas en el “nosotros”, sismos históricos no previstos y resiliencias de “figuras” que Hegel consideraba superadas. Corresponde examinar si ello se debe a la inercia del hábito y de voluntades de poder, a superaciones imperfectas; o bien a que consideró asimilado lo que reclama ser irreductible. Aquí se ofrece una revisión de la teoría de Hegel a fin de recuperarlo como aporte para la situación actual.
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