Una palabra de referencia; una lectura donde sujetarse; un espacio que se expone; el encuentro con el artista y su modo de creación. Un texto entonces, sólo para quien necesita una voz que relate esta instalación configurada a partir del diálogo y de la poética de Nahuel. Su modo de construir imágenes, su cercanía, el encuentro de dos mundos que se materializan luz, exposición y papel o virtualidad, y se arrojan a la mirada de otres. Previo a eso, el despliegue de interminables conceptos, acciones y funciones que agencian cotidianidades y deseos de un posible resultado, en el que mira y en el que se deja ver. Es vincular, es estar ahí, construcción en ese cruce, y es la generosidad del artista la que ahora se despliega y se hace apertura, se hace mundo. Se siente vivo. Se activa el dispositivo y se configura en refugio donde las intimidades se despliegan y las subjetividades se encuentran. Por tanto, el acto poético ocupa el espacio en su sentido político, territorialmente y desde el dispositivo de exhibición se conforma el universo público a partir de lo más íntimo, en dos niveles, tanto el susurro del fotógrafo a su retratado, como en la exposición de su universo cotidiano. Cómo un objeto, eco de prácticas diarias, de diferentes usos y usuarios, permite el despliegue de innumerable cantidad de imágenes, de vivencias uno a uno; cómo un sillón se conforma indicio de que lo subjetivo es posibilidad de transformación.
- Arte
- Muestra fotográfica
- Pintura
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La muestra se desarrolló desde el 15 de junio al 15 de julio de 2018 en el Centro Cultural Paco Urondo (25 de mayo 201, CABA).